Indignación es lo que se
siente, cuando después de dejarte la piel y algunas veces la salud, la vida
familiar y los amigos por la vocación de trabajar por y para tu pueblo desde la
gestión municipal, lees y escuchas lo que se dice ahora de los ayuntamientos. Es verdad que nadie nos obliga, es cuestión de voluntad de trabajar por los demás. La prueba es que la mayoría de l@s que nos dedicamos a la política municipal provenimos del trabajo en asociaciones y entidades locales.
Los ayuntamientos son esos entes donde
muchas personas, desde políticos electos por los vecinos y vecinas
democráticamente, a trabajadores y trabajadoras, (que en el caso de Sant Esteve
en su mayoría, con su dedicación personal, son garantía de buenos servicios) cada
día intentan cubrir las necesidades y la calidad de vida de un municipio.
Y no es de justicia
compararlos, ni meter a todos los ayuntamientos en el mismo saco. Sant Esteve
no es Barcelona, ni Valencia, ni Hospitalet, ni Mataró, ni Martorell. Somos un
municipio pequeño, con relativamente poca población para la extensión de
territorio que tenemos. Con unos barrios y una población diseminada a la que
hay que dotar de servicios igual que al centro urbano y con una dotación de
equipamientos a la que no hemos querido renunciar, porque nos garantizan la
calidad de vida de los sesrovirencs y sesrovirenques.
Un municipio que ha
invertido en los últimos 4 años 27 millones de euros en equipamientos sociales
como la Llar d’Infants la Ginesta, que llevan disfrutando varios centenares de
familias; la Residencia de Can Serra, que ha permitido que decenas de nuestros
mayores dependientes y sus familias la disfruten desde hace más de un año; el
campo de futbol, donde más de ciento cincuenta niños juegan a futbol cada
semana en condiciones dignas; la mejora en la red de canalización de agua
potable, que ha permitido que muchas familias tengan garantizado dicho servicio
correctamente… El Forum, una obra necesaria en cuanto a funcionalidad, pero que
seguramente ahora hubiéramos hecho de otra manera para poder finalizarla.
Si los municipios que
invierten razonablemente en equipamientos útiles para sus vecinos han de ser
acusados de generar el déficit de un estado y por eso castigados a someterse a
un plan de ajuste que incluye un préstamo del Estado que este recibe al 1% de
interés y el ayuntamiento pagará al 5% al banco, veremos que ocurre cuando
ahora, que no podremos invertir durante años, estas empresas generadoras de
puestos de trabajo directos e indirectos y de servicios que no nos competen que
son los ayuntamientos, tengan que dejar de hacerlo.
Habrá que preguntarles a
Mas, Rajoy y Merkel.