dilluns, 10 d’abril del 2017

Orgullo y agradecimiento en tu recuerdo Carme.





Te conocí cuando eras una joven regidora del ayuntamiento de Esplugues y yo una reciente Primera Secretaria de mi agrupación. Joven, entusiasta, convencida y apasionada socialista. En eso éramos iguales.
Escucharte era un placer y en cuanto tuve ocasión, conseguí que vinieses a Sant Esteve a dar una charla a mis compañeros y compañeras militantes y simpatizantes socialistas en el Casino. Les encantaste, como a mí. Clara y concisa en los mensajes, desbordando ímpetu e ideología: de la que se lleva en la sangre, de la que te pone la piel de gallina al oír La Internacional, de la que te empuja a luchar por mejorar la vida de los demás y a convertirte en servidora pública.
Fue fácil ver la gran promesa que eras para l@s socialistas catalanes, para las mujeres socialistas, para las mujeres en general. José Luis Rodríguez Zapatero también lo vió y te llevó al gobierno en Madrid.
En esos años continuamos viéndonos en los actos del PSC, en el Consell Nacional, en el Consell de Federación, en la Fede, nuestra Fede... En el 38 Congreso del PSOE... Siempre con una sonrisa, con un abrazo, con un mensaje positivo. 
Has sido el ejemplo de que se puede romper. De que el techo de cristal es solo eso, cristal... Nos hiciste ver que nosotras también podemos llegar, porque tú abriste muchos caminos. Nos has dejado muchos momentos de orgullo compartido, por tu trayectoria, por tu personalidad, por tu lucha y tu coherencia por defender aquello en lo que creías.
Estuviste varias veces más en Sant Esteve, la última siendo ministra de defensa en 2009, para acompañarnos en el Consell de Federación del PSC del Baix Llobregat. Habían pasado unos años pero seguías igual de entusiasta, convencida y apasionada en tus responsabilidades políticas. Y seguías igual de humana, próxima, amable y cariñosa en lo personal.
Por qué así has sido para l@s que hemos tenido el orgullo de conocerte Carme, un ejemplo de valentía, de humanidad y de entusiasmo.
Y aunque no entendí y discrepé de algunas de tus últimas decisiones políticas, estoy segura que de las tomaste creyendo que eran las mejores para tu partido.
Recuerdas Carme? Cuando te marchaste a Miami, te dije que entendía tu marcha, pero que esperaba tu vuelta porque aquí te necesitábamos. Ahora no sé qué decir, porque no entiendo tu marcha y seguimos necesitándote. 
Desde donde estés, sigue inspirándonos con tu sonrisa, con tu entusiasmo, con tu lucha incansable por la igualdad, por la solidaridad y por la libertad. 
Hasta siempre Carme. Hasta siempre compañera!

Roser Brosed















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